Si estás buscando cambiar el ambiente de tu habitación de forma radical, pero no cuentas con la economía suficiente para cambiar de muebles, o la decoración que instalaste, lo más sencillo y económico es cambiar la pintura del lugar. En el mercado comercial existen tantos tonos diferentes que puedes emplear según el aspecto que quieras darle a tu nueva habitación.
El color de la pared es importante
Antes de escoger el color, es importante que eches un vistazo a lo que transmite cada color, ya que debes saber que si un color es muy fuerte o radiante, puede llegar a ser agobiante a lo largo del día o trasmitir ciertas sensaciones que no estas buscando. Normalmente se recomienda que los tonos de las habitaciones sean de tonos claros entre blanco, beige y grisáceo para no distraer la mente. Sin embargo, también puedes optar por alguna gama de tono pastel del color que te guste.
Si no sabes por qué color decidirte, una opción es que pintes un pequeño pedazo de la pared para que puedas observar cuál te gusta más. Cuando ya tengas el color, el siguiente paso es decidir si quieres que sea un tono mate, brillante o satinado. Esto ya depende de tu preferencia ya que todos estos tipos de pintura pueden ser adecuados para una habitación, según lo que estés buscando.
Preferible que sobre pintura a que falte
Finalmente, lo siguiente será calcular la cantidad de pintura que vas a necesitar para el tamaño de tu dormitorio. Un litro de pintura que necesariamente debe mezclarse con algún tipo de aceite u agua, puede llegar a rendir hasta cinco metros cuadrados. Así que si tu cuarto no pasa de esas medidas, esa cantidad será más que suficiente, pero si no estás convencido, lo mejor es que compres dos ya que es preferible que sobre. La pintura restante puedes guardarla para hacer algún retoque o para corregir ciertas imperfecciones que hayas podido encontrar cuando todo este seco.
Usar sellante es primordial para un buen acabado
Al momento de comenzar a pintar, si el color que vas a poner a la superficie es muy diferente, lo mejor es que lijes un poco para deshacerte de la mayor cantidad de pintura posible. Aunque pueda ser un trabajo un poco costoso, dará buenos resultados. Si no cuentas con una lija, puedes optar por darle mínimamente dos capas de pintura a la pared, para lo que tendrás que prever la cantidad de color que compres. Antes de colocar la pintura, es obligatorio que hagas una pasada con el sellante de tu preferencia ya que esto hará que se adhiera correctamente y que no se escarche en el secado.
¿El techo o las paredes? ¿Cuál va primero?
Cuando comiences a pintar, será importante que alejes de las paredes cualquier cosa que pueda mancharse, incluyendo los muebles. A pesar de que pienses que está lo suficientemente lejos, es importante que tengas cuidado ya que un mal movimiento puede ocasionar un desastre. También puedes cubrir con cinta el pretil del piso para que el acabado sea más prolijo y se vea profesional. Si tu plan es pintar tanto el techo como las paredes, lo idea será que empieces por el techo ya que de esta forma, podrás apoyarte en las paredes para darle un mejor acabado y cuando este esté seco, no te interrumpirá en la refacción de lo que quede del cuarto.
Pinta con el rodillo como un experto
Para evitar que la pintura chorree y queden esas marcas poco prolijas, el mejor método es hacerlo de forma descendente. De esta forma, tú serás quien tenga el control de la cantidad de pintura y la pared no se estropeará. Es importante que el rodillo no tenga muchos pelos ya que pueden irse desprendiendo con la pintura, lo más recomendable es que optes por uno de esponja.
Con estos consejos, podrás darle otro aspecto a tu habitación con solo poco dinero invertido, además, puede ser el comienzo de volver a decorar tu hogar con los colores que más te gusten. No olvides que la pintura debe secar mínimo cinco horas entre capa y capa y que para un acabado total, se debe dejar ventilar el cuarto por 24 horas.